23 de Octubre de 2007, 13:00, Aeropuerto de Dakar,Garold se encontraba en el Aeropuerto de Dakar,en Senegal. Tenía 16 años, siempre había ido al mejor colegio de toda la ciudad de Dakar, su madre, que se encontraba allí por asuntos de trabajo, era de origen español, se había enamorado de un senegalés llamado Kaleb,y se había casado con él a los cinco años de conocerle, el mismo año que se casaron tuvieron a Garold. Garold sabía hablar castellano, inglés y cómo era lógico senegalés. Gracias al gran sueldo que cobraba su madre por dar noticias a una reconocida emisora de televisión, era periodista, habían podido vivir muy por encima de la media durante toda su vida. Nunca les había faltado de nada. Pero ahora todo eso daba igual. Garold tenía que transladarse a España. Su madre ya había terminado su trabajo en Senegal, y junto con su padre habían tomado la decisión de volver a España porque creían que era lo mejor para él. Aunque él no pensaba lo mismo, aquí tenía a sus amigos, a la familia de su padre, todo lo que había conocido y querido hasta ahora se iba a esfumar cómo si tal cosa, y al parecer a nadie le importaba, sólo a él, se sentía solo, incomprendido, triste, pero allí estaba, en el aeropuerto, esperando un avión que se dirigiría lejos de su vida, lejos de sus planes, lejos de sus sueños…
El avión había llegado. Ya no había marcha atrás,tenía que subir a él, no podía hacer otra cosa, sus padres le estaban obligando a dejar su vida de lado y embarcarse en otra muy diferente. Tenía miedo.Finalmente accedió a subir a él, y el avión despegó a las cuatro de la tarde con dirección al aeropuerto de Barajas, Madrid. En el transcurso del viaje, Garold pensaba en todo lo que había dejado atrás, en todo por lo que había luchado, pero ahora pensar en todo eso no serviría de nada, tenía que pensar en lo que iba a hacer cuando llegase allí, en el futuro que le aguardaba. El avión aterrizó a las siete de la tarde, ya habían llegado.Esperaron a un taxi, y éste les llevó a la casa de su madre, estaba nueva, a estrenar, cuando la compró tuvo que irse a Senegal y desde entonces nadie había entrado en ella.El taxi sorteaba a los demás coches con gran soltura, conducía por grandes avenidas, Garold veía edificios modernos a un lado y a otro, otros no tan modernos, parques, estatuas, monumentos, y una cosa que le causaba una gran curiosidad, la plaza de toros de las Ventas

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